Aparato Reproductor

A partir de la introducción de nuevas estrategias terapéuticas, es cada día mayor el número de pacientes adolescentes que deben enfrentarse con cuestiones propias de la vida adulta, incluidos la sexualidad y aspectos reproductivos.

En el momento oportuno los padres y los médicos deben informar a sus hijos y pacientes acerca de prácticas sexuales seguras, fertilidad y opciones reproductivas.

Es importante recordar que la sexualidad de los afectados es normal

Los genitales externos y la producción de espermatozoides son normales; sin embargo el 98%  de los varones son estériles debido a la obstrucción de los túbulos que conducen el esperma desde los testículos. Se debe hacer especial hincapié en la diferenciación entre infertilidad e impotencia.

En casos seleccionados, con técnicas de fertilización asistida es posible obtener espermatozoides para lograr un embarazo.

La anatomía de los órganos reproductivos femeninos es normal. La fertilidad está disminuida probablemente porque el moco cervical es espeso y puede impedir la penetración del esperma. No obstante el embarazo no es un evento inusual, y la mujer afectada debe ser considerada fértil hasta que se demuestre lo contrario. Se debe ofrecer información sobre anticoncepción a aquellas sexualmente activas que no desean embarazarse.

La pubertad es una etapa de la vida en la que ocurren cambios funcionales y morfológicos que culminan con el desarrollo completo de los caracteres sexuales secundarios. Su edad de comienzo es variable y depende de factores múltiples.

En pacientes con FQ está frecuentemente retrasada, determinando en ocasiones dificultades psicosociales. No obstante, aquellos con nutrición adecuada lograrán una estatura y desarrollo sexual normales.

Los cambios en la conducta y en la adaptación social durante la adolescencia son normales y guardan continuidad con el desarrollo psicológico anterior.

Generalmente la conducta se torna desorganizada, colmada de reacciones imprevistas que perturban la convivencia familiar.

Muchos jóvenes pueden manifestar una mayor dependencia de sus padres en relación con la necesidad de atenciones y cuidados permanentes.

Puede aparecer rechazo a los tratamientos: rebeldía con los horarios, medicaciones y abandono de la kinesioterapia.
Es importante trabajar con la familia, alentar a los adolescentes a tomar una postura activa e independiente de los padres en las consultas, incrementando la comunicación y el vínculo con el equipo profesional.

Como hemos mencionado, la FQ por si misma no es un factor determinante de dificultades sexuales.

Se debe estimular a los pacientes a discutir precozmente estos aspectos, especialmente las estrategias dirigidas a evitar enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.

Algunas características de la enfermedad o su tratamiento pueden complicar el desarrollo de las relaciones sexuales o la autopercepción de atracción física y autoestima.

La mujer con FQ que desea tener hijos debe analizar con el equipo de salud la decisión de quedar embarazada, la oportunidad y los riesgos que podrían condicionar en su salud.